Se trata de una agrupación de métodos y procedimientos enfocados a mejorar la eficacia del sistema visual cuando este sistema no puede ser mejorado con lentes o lentes de contacto.
Educamos a nuestros pacientes para que potencien su sistema visual y lo empleen de la mejor manera posible. Con la terapia visual queremos conseguir un sistema más eficiente, que sea capaz de distinguir, procesar y entender de manera más veloz la información recibida de manera visual.
La finalidad es posibilitar la prontitud y eficiencia en el proceso de recoger la información visual importante, permitiendo realizar de esta manera unos juicios más precisos y veloces. Esto otorga a la persona la capacidad de conseguir sus objetivos utilizando menos esfuerzo y energía.
A lo largo del proceso de la terapia, los pacientes adquirirán control en su sistema visual en circunstancias más o menos complejas. De esta manera, luego podrán usarlo en sus tareas diarias. Para conseguir esto debemos presentar el procedimiento apropiado al nivel adecuado a cada paciente.
Aportamos al paciente diferentes experiencias sensoriomotoras en circunstancias controladas de forma que el paciente reajusta su forma de mirar, ver o percibir mediante la creación de nuevas vías neuronales. Normalmente cambiamos el patrón que utilizaba el paciente ya que no funcionaba de manera óptima y construimos uno más eficiente.
La visión se aprende en su sentido más evolutivo, es decir, al nacer tenemos la estructura visual, pero son las experiencias que vamos acumulando las que nos enseñan a percibir, procesar y entender la información visual. En pocas palabras, a ver se aprende.
La terapia visual es mucho más que un entrenamiento sensorio – muscular, es una reeducación del paciente para que aprenda una nueva forma de ver y aumente su rendimiento. De esta forma no tendremos regresiones una vez adquiridos e integrados los conceptos y el paciente los usará siempre.
